lunes, 5 de enero de 2009

Seguir pese a las dificultades

Recordatorio a las 85 personas que fueron asesinadas en el atentado a la AMIA; por medio de Paola Sara Czyzewski, una joven como nosotros, recordamos a todos y cada uno. Hagada Juvenil de Pesaj, Hagshama

Seguir pese a las dificultades
Hoy es 18 de enero de 1995, son las 11 horas, es un día radiante y en el cielo no se ve una sola nube pero hace mucho calor. Como todas las semanas llegamos con el coche al Cementerio de La Tablada y nos separamos por unos instantes, Ana (mamá) acompañada por Andrea (hermana) se encaminan hasta el puesto de flores y Luis (papá) y Marcelo (her mano) entramos sin esperarlas. En unos minutos estamos frente a esa piedra blanca con la misma inscripción que todas las que la rodean "VICTIMA DEL ATENTADO A LA AMIA". Nos agachamos para tocar y besar esa piedra blanca y fría en donde está escrito su nombre y vemos algo muy chico que se mueve detrás de esa piedra. Es una hormiguita muy chiquita que arrastra en forma muy dificultosa un pedazo de hoja de árbol cuyo tamaño es mucho mayor que el de su propio cuerpo. Tropieza, se cae, se levanta y sigue. Vuelve a caer porque sopla algo de viento pero se levanta, sigue y así vanas veces.
Así era Paola, de cuerpo chiquito pero capaz de cargar sobre ella todo lo que se le asignaba y todo lo hacía bien. Estudió en ORT la carrera de Perito Mercantil y una vez recibida y habiendo probado trabajar en el estudio contable de sus padres, descubrió que su vocación no eran las Ciencias Económicas y se volcó al estudio del Derecho. Eso la apasionó. Estaba en su tercer año de estudio y había llegado a la mitad de su carrera y como premio a los resultados que tenía se propuso hacer un viaje a Europa en donde tendría que estar en estos momentos. Quería que ese viaje se hiciera como producto de su propio esfuerzo, por eso hacía trabajos en la computadora del estudio y con lo que ganaba por mes iba a pagar ese viaje tan ansiado.
En agosto encontramos el sobre donde guardaba ese dinero y el estado de sus cuentas. Cuando mamá no estaba en casa asumía el rol de llevarla adelante y lo hacía tan bien como ella. Tenía todo programado, hasta bromeaba diciendo que iba a tener dos hijos varones que se llamarían Kevin y José. No pudo ser.
Aunque el camino hubiese estado lleno de piedras y con pozos ella hubiese seguido siempre adelante con lo suyo, con convicción y principios y sin perder fuerza a pesar de las dificultades, igual que la hormiguita.
Papá, Mamá, Marcelo y Andrea

No hay comentarios: