domingo, 30 de noviembre de 2008
Pasos del seder
En casa hemos ideado una forma entretenida de guiar el séder. Antes de empezar, cantamos la canción completa de los 15 pasos . Desde ese momento, volvemos a cantar solo hasta el paso que va a empezar. Cantamos "¡Kadesh!" y hacemos kidush; cantamos "Kadesh, urjatz" y nos lavamos las manos; "Kadesh, urjatz, karpas" y comemos karpas. Y asi vamos aumentando cada paso, hasta que al final del séder cantamos nuevamente toda la canción completa.
Es entretenido porque nunca falta el distraído que sigue de largo; pero sobre todo, por la sensación de triunfo que nos invade cuando llegamos a "¡Halel Nirtzá!"
lunes, 17 de noviembre de 2008
a Libertad - Andres Calamaro
Creo que todos buscamos lo mismo
no sabemos muy bien que es ni donde esta
oímos hablar de la hermana mas hermosa
que se busca y no se puede encontrar
La conocen los que la perdieron
los que la vieron de cerca, irse muy lejos
y los que la volvieron a encontrar
la conocen los presos,
La libertad
Algunos faloperos,
algunos con problemas de dinero,
porque se despiertan soñándola,
algunos que nacieron en el tiempo equivocado,
la libertad
Todos los marginales del fin del mundo,
esclavos de alguna necesidad,
los que sueñan despiertos,
los que no pueden dormir,
la libertad
Algunos tristemente enamorados
pagando todavía el precio del amor
algunos que no pueden esperar,
y no aguantan más la necesidad
Algunos cautivos de eso,
que no saben donde mirar,
tengo algunos hermanos y una hermana muy hermosa,
la libertad
Igual que Norberto, me pregunto muchas veces,
donde esta? y no dejo de pensar,
será solamente una palabra, la hermana hermosa
la libertad.
October 7, 2008 2:35 PM
Libertad es una palabra enorme
Primavera con una esquina rota.
http://www4.loscuentos.net/cuentos/other/2/20/160/
October 7, 2008 2:30 PM
martes, 11 de noviembre de 2008
Café Vienés
Marta Romer
Cuando niña (década del cuarenta) cada tanto mi madre me llevaba a una confitería, frecuentada especialmente por la colectividad judía de origen alemán y austríaco, ubicada en pleno centro, cuyos dueños, emigrantes vieneses, preparaban excelente repostería. Cada vez que iba, me dedicaba a saborear un diferente manjar. Un día, fuimos acompañadas de la tía René. Mientras ellas tomaban el té con masitas diversas y yo un sorbete de frutillas, ingresaron dos señoras mayores, vestidas sencillamente pero con guantes y sombrero a pesar del calor. Pidieron dos cafés. Se los sirvieron en tazas pequeñas. Mi tía, le susurró a mi madre: Esas dos (señaló con un suave movimiento de cabeza) vienen casi todas las tardes. Sólo piden un café, porque más no pueden pagar. Los nazis les quitaron todo, apenas pudieron escapar con lo puesto. Aquí trabajan de cocineras…pero no por eso dejan de venir…Así son… Años después, paseando por la zona céntrica de la ciudad de Viena, repleta de cafés al aire libre todos muy concurridos, el guía nos dijo:”acá se viene a ver y a ser visto”. Entonces comprendí que a eso iban las dos señoras vienesas a pesar de sus escasos recursos.
lunes, 10 de noviembre de 2008
Simon Bolivar 1816
Esa porción desgraciada de nuestros hermanos que ha gemido bajo las miserias de la esclavitud ya es libre. La naturaleza, la justicia y la política piden la emancipación de los esclavos; de aquí en adelante sólo habrá en Venezuela una clase de hombres, todos serán ciudadanos.
Simón Bolivar, Cuartel General de Ocumare, 6 de julio de 1816
http://www.analitica.com/BITBLIO/bolivar/esclavos.asp
Libertad: José Martí
Israel (Jorge Luis Borges)
Jorge Luis Borges (1967)
Un hombre encarcelado y hechizado,
un hombre condenado a ser la serpiente
que guarda un oro infame,
un hombre condenado a ser Shylock
un hombre que se inclina sobre la tierra
y que sabe que estuvo en el Paraíso,
un hombre viejo y ciego que ha de romper
las columnas del templo,
un rostro condenado a ser una máscara,
un hombre que a pesar de los nombres
es Spinoza y el Baal Shem y los cabalistas,
un hombre que es el Libro,
una boca que alaba desde el abismo
la justicia del firmamento,
un procurador o un dentista
que dialogó con Dios en una montaña,
un hombre condenado a ser el escarnio,
la abominación, el judío,
un hombre lapidado, incendiado
y ahogado en cámaras letales,
un hombre que se obstina en ser inmortal
y que ahora ha vuelto a su batalla,
a la violenta luz de la victoria,
hermoso como un león al mediodía.
domingo, 2 de noviembre de 2008
Spiritual Liberation: A Rebellious Greatgrandmother Discovers Judaism
Por: Silvina Chemen
Mi bisabuela Teresa nació en Damasco, Siria, en 1903. A la edad de 13 años vino a la Argentina y a los 16 se casó con Rafael, también inmigrante venido de Siria.
Mi bisabuelo Rafael era uno de los donantes más fuertes del Templo Sefaradí del barrio de Lanús. Recuerdo con qué orgullo comentaba que había conseguido el "Sefer" del primer "Kal Nidrei". Como todos las sinagogas, los varones se sentaban dentro del templo y las mujeres, separadas, de acuerdo a la arquitectura del lugar, quedaban o en el primer piso o peor aún, en el pasillo lateral. Yo recuerdo, siendo muy chiquita, ir a ver ami bisabuela incómodamente sentada en ese pasillo al que detestaba. Porque el papá de Teresa fue rabino y a diferencia de lo que hacían la mayoría de los padres sefaradíes, él no tuvo problemas en enseñarle Torá y Talmud (como ella decía Maasim) a su hija mujer, que amaba la tradición judía y sobre todo la conocía mejor que muchos de los varones que la rodeaban. En este marco es de comprender por qué mi bisabuela se sentía tan incómoda en aquel pasillo….
Cuenta la familia acerca de la revolución que se produjo cuando llegó el Rabino Marshall Meyer a la Argentina. Los judíos ortodoxos y los tradicionalistas lo llamaban con el mote insultante de "ese reformista". Cuando mi bisabuela Teresa se enteró de que había una sinagoga en donde se sentaban mujeres y varones juntos y que el Rabino enseñaba en castellano la parashá de la semana, ella, con más de 60 años, no tuvo ningún inconveniente en viajar una hora y media de colectivo para ir desde Lanús a Belgrano a rezar en la sinagoga nueva de ese Rabino tan joven.
Mi bisabuelo Rafael, y mis tíos abuelos varones (los hermanos de mi abuela Raquel), se pusieron absolutamente en contra de la decisión de Teresa. Era una vergüenza para ellos que se sepa que una mujer se sentaba al lado de los varones en un Templo en el que se tocaba el órgano y había micrófonos. Rafael la amenazó:- Si Ud. sigue con esas ideas, ¡olvídese de mí! Dicho y hecho. Teresa la pidió a Rafael que se vaya de su casa. Y sus hijos varones dejaron de hablarle…¡ se les había descarriado la madre! Con los años volvieron a estar juntos, uno rezaba en Lanús y la otra en Belgrano con Marshall, en Bet El.
Los años pasaron y hoy yo, Silvina, quienes les está contando esta historia, la bisnieta de Teresa, es Rabina de la comunidad Bet El. Teresa, desde algún lado, lo debe estar disfrutando.