lunes, 29 de diciembre de 2008

El Seder de los marranos

La Gesta del Marrano, Marcos Aguinis,1991, Editorial Planeta, Buenos Aires Argentina. Cap. 109

en pág. 39

El Santo Oficio de Lima queda eliminado definitivamente en 1820 por mandato del último virrey. En 1822 el Libertador José de San Martín ordena transferir todos los bienes del Tribunal de la Inquisición a la Biblioteca de la Nación donde(de acuerdo a sus palabras) habitan las ideas “luctuosas a los tiranos y valiosas para los amantes de la libertad”.

domingo, 14 de diciembre de 2008

Hijo

Un Seder para nuestros días, de Moacyr Scliar. Buenos Aires, Ediciones Shalom, 1988

No seas como el ingenuo, que ignora los dramas de su mundo.
No seas como el perverso, que los conoce, pero no hace nada para modificar la situación.
Pregunta, hijo mío, pregunta todo lo que quieras saber: la duda es el camino hacia el conocimiento.
Pero cuando llegues a sabio, procura emplear tu sabiduría en beneficio de los demás. Repártela, como hoy repartimos nuestra matzá. Sigue el consejo de nuestros sabios y recuerda la salida de Egipto no sólo en la noche de Pésaj sino en todos los días de tu vida.

Tú me preguntas, hijo mío, por qué es diferente esta noche de todas las noches

Scliar, Moacyr. "Un Seder para nuestros días" Buenos Aires, Ediciones Shalom, 1988

Tú me preguntas, hijo mío, por qué es diferente esta noche de todas las noches. Por qué todas las noches comemos jamets y matzá, y esta noche solamente matzá.
Por qué todas las noches comemos verduras diversas, y esta noche solamente maror.
Por qué mojamos los alimentos dos veces.
Por qué comemos reclinados.
Yo te agradezco, hijo mío. Te agradezco por preguntar. Porque si me preguntas, no puedo olvidar; si indagas, no puedo permanecer callado. Hijo mío, por tu voz inocente habla nuestra conciencia. Tu voz me conduce a la verdad.
Por qué es diferente esta noche de todas las noches, hijo mío?
Porque esta noche recordamos.
Recordamos a los que fueron esclavos en Egipto, aquellos sobre cuyas espaldas restallaba el látigo del faraón.
Recordamos el hambre, el cansancio, el sudor, la sangre, las lágrimas.
Recordamos el desamparo de los oprimidos frente a la arrogancia de los poderosos.
Recordamos con alivio: es el pasado.
Recordamos con tristeza: es el presente.
Todavía existen faraones. Todavía existen esclavos.

Tú me preguntas, hijo mío, por qué es diferente esta noche de todas las noches

Scliar, Moacyr. "Un Seder para nuestros días" Buenos Aires, Ediciones Shalom, 1988

Tú me preguntas, hijo mío, por qué es diferente esta noche de todas las noches. Por qué todas las noches comemos jamets y matzá, y esta noche solamente matzá.
Por qué todas las noches comemos verduras diversas, y esta noche solamente maror.
Por qué mojamos los alimentos dos veces.
Por qué comemos reclinados.
Yo te agradezco, hijo mío. Te agradezco por preguntar. Porque si me preguntas, no puedo olvidar; si indagas, no puedo permanecer callado. Hijo mío, por tu voz inocente habla nuestra conciencia. Tu voz me conduce a la verdad.
Por qué es diferente esta noche de todas las noches, hijo mío?
Porque esta noche recordamos.
Recordamos a los que fueron esclavos en Egipto, aquellos sobre cuyas espaldas restallaba el látigo del faraón.
Recordamos el hambre, el cansancio, el sudor, la sangre, las lágrimas.
Recordamos el desamparo de los oprimidos frente a la arrogancia de los poderosos.
Recordamos con alivio: es el pasado.
Recordamos con tristeza: es el presente.
Todavía existen faraones. Todavía existen esclavos.

Pan de la pobreza

Scliar, Moacyr. "Un Seder para nuestros días" Buenos Aires, Ediciones Shalom, 1988

Este es el pan de la pobreza que nuestros antepasados comieron en la tierra de Egipto. Quien tenga hambre y son muchos los hambrientos en este mundo en que vivimos- que venga y coma. Quien esté necesitado y son muchos los que sufren necesidad en este mundo en que vivimos- que venga a celebrar con nosotros el Pésaj.
Es el legado ético de nuestro pueblo, el mensaje contenido en este alimento sencillo, en este pan ázimo que lo sus-tentó en el desierto y que lo viene sustentando a lo largo de las generaciones. Se debe ser justo y solidario, se debe amparar al débil y ayudar al desvalido.

El desierto que tenemos que atravesar hoy no es una extensión de arena estéril, calcinada por el sol implacable. Es el desierto de la desconfianza, de la hostilidad, de la alienación de los seres humanos. Para emprender esta travesía tenemos que proveernos de las reservas morales que acumuló el judaísmo, de las pocas y simples verdades que constituyen la sabiduría del pueblo. Ama a tu prójimo como a tí mismo. Reparte con él tu pan. Invítalo a tu mesa. Ayúdale a atravesar el desierto de su existencia.

En Pésaj fueron liberados; en Pésaj volverán a ser redimidos

Jaime Barylko

Este es el motivo central de la historia y pensamiento judíos.
Los pueblos suelen recordar las bellezas de sus comienzos remotos. Los hijos de Abraham, en cambio, deciden colocar en el punto de partida de su evolución un hecho aciago: la esclavitud en Egipto durante varias centenas de años, y su ulterior redención.
"Esclavos fuimos del faraón en Egipto", comienza narrando el padre al hijo en la noche de Pésaj. ¿Por qué ese tema? Porque sin él no somos hombres. Si no tomamos conciencia de nuestras diversas esclavitudes, y no percibimos las urgentes necesidades de liberarnos, no somos hombres. El judaísmo es un proyecto de humanismo: cómo llegar a ser hombres. Habrá otros proyectos. No se trata de compararlos infantilmente para decidir cuál es mejor. El proyecto judaico es una idea asumida por un pueblo a ser realizada en una historia. Esto es lo que tiene de propio y de específico. Este proyecto establece a D-s en su principio. Si D-s existe no hay posibilidades para legitimar esclavitud alguna.
El argumento que utiliza Moisés para sacar a los hebreos esclavizados de Egipto hacia la libertad es -dice en nombre de D-s:
"Sé Mi siervo". ( Exodo IV, 23 ) y, en consecuencia, de nadie en la tierra; frente a ti faraón, frente a cualquier persona, son -somos- esencialmente libres.
Claro está: el faraón no entiende; el faraón se cree Dios. De ahí la insistencia de Moisés: Dios hay Uno, y no está aquí, físicamente, entre nosotros. En consecuencia "no tendrás otros dioses ante Mí" ( Exodo XX ), es decir: nadie puede esclavizarte.

Somos libres, pero nos esclavizan, o nos esclavizamos. Por eso ha decidido la tradición que la historia judía comience propiamente en Pésaj, y tenga como objetivo la liberación constante y progresiva del hombre de cualquier yugo, sea político, o ideológico.
Liberación es el primer paso. Significa quitarse de encima la mano opresora. El segundo se llama libertad: es aquello que decidimos hacer después de lograda la liberación.
Hace varios largos milenios que sucedió la historia que dio lugar a la festividad de Pésaj. Pero el tema es actual, tuyo, mío, y de nuestro futuro. Decimos:
"En toda generación debe verse cada hombre a sí mismo como si él hubiese salido de Egipto..."
Y añadiríamos: Como si aún debe emprender el camino de la redención, de la liberación perpetua, diaria.

Pesaj, la fiesta de la libertad, Buenos Aires, AMIA