Scliar, Moacyr. "Un Seder para nuestros días" Buenos Aires, Ediciones Shalom, 1988
Este es el pan de la pobreza que nuestros antepasados comieron en la tierra de Egipto. Quien tenga hambre y son muchos los hambrientos en este mundo en que vivimos- que venga y coma. Quien esté necesitado y son muchos los que sufren necesidad en este mundo en que vivimos- que venga a celebrar con nosotros el Pésaj.
Es el legado ético de nuestro pueblo, el mensaje contenido en este alimento sencillo, en este pan ázimo que lo sus-tentó en el desierto y que lo viene sustentando a lo largo de las generaciones. Se debe ser justo y solidario, se debe amparar al débil y ayudar al desvalido.
El desierto que tenemos que atravesar hoy no es una extensión de arena estéril, calcinada por el sol implacable. Es el desierto de la desconfianza, de la hostilidad, de la alienación de los seres humanos. Para emprender esta travesía tenemos que proveernos de las reservas morales que acumuló el judaísmo, de las pocas y simples verdades que constituyen la sabiduría del pueblo. Ama a tu prójimo como a tí mismo. Reparte con él tu pan. Invítalo a tu mesa. Ayúdale a atravesar el desierto de su existencia.
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