Scliar, Moacyr. "Un Seder para nuestros días" Buenos Aires, Ediciones Shalom, 1988
Tú me preguntas, hijo mío, por qué es diferente esta noche de todas las noches. Por qué todas las noches comemos jamets y matzá, y esta noche solamente matzá.
Por qué todas las noches comemos verduras diversas, y esta noche solamente maror.
Por qué mojamos los alimentos dos veces.
Por qué comemos reclinados.
Yo te agradezco, hijo mío. Te agradezco por preguntar. Porque si me preguntas, no puedo olvidar; si indagas, no puedo permanecer callado. Hijo mío, por tu voz inocente habla nuestra conciencia. Tu voz me conduce a la verdad.
Por qué es diferente esta noche de todas las noches, hijo mío?
Porque esta noche recordamos.
Recordamos a los que fueron esclavos en Egipto, aquellos sobre cuyas espaldas restallaba el látigo del faraón.
Recordamos el hambre, el cansancio, el sudor, la sangre, las lágrimas.
Recordamos el desamparo de los oprimidos frente a la arrogancia de los poderosos.
Recordamos con alivio: es el pasado.
Recordamos con tristeza: es el presente.
Todavía existen faraones. Todavía existen esclavos.
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