Jaime Barylko
Este es el motivo central de la historia y pensamiento judíos.
Los pueblos suelen recordar las bellezas de sus comienzos remotos. Los hijos de Abraham, en cambio, deciden colocar en el punto de partida de su evolución un hecho aciago: la esclavitud en Egipto durante varias centenas de años, y su ulterior redención.
"Esclavos fuimos del faraón en Egipto", comienza narrando el padre al hijo en la noche de Pésaj. ¿Por qué ese tema? Porque sin él no somos hombres. Si no tomamos conciencia de nuestras diversas esclavitudes, y no percibimos las urgentes necesidades de liberarnos, no somos hombres. El judaísmo es un proyecto de humanismo: cómo llegar a ser hombres. Habrá otros proyectos. No se trata de compararlos infantilmente para decidir cuál es mejor. El proyecto judaico es una idea asumida por un pueblo a ser realizada en una historia. Esto es lo que tiene de propio y de específico. Este proyecto establece a D-s en su principio. Si D-s existe no hay posibilidades para legitimar esclavitud alguna.
El argumento que utiliza Moisés para sacar a los hebreos esclavizados de Egipto hacia la libertad es -dice en nombre de D-s:
"Sé Mi siervo". ( Exodo IV, 23 ) y, en consecuencia, de nadie en la tierra; frente a ti faraón, frente a cualquier persona, son -somos- esencialmente libres.
Claro está: el faraón no entiende; el faraón se cree Dios. De ahí la insistencia de Moisés: Dios hay Uno, y no está aquí, físicamente, entre nosotros. En consecuencia "no tendrás otros dioses ante Mí" ( Exodo XX ), es decir: nadie puede esclavizarte.
Somos libres, pero nos esclavizan, o nos esclavizamos. Por eso ha decidido la tradición que la historia judía comience propiamente en Pésaj, y tenga como objetivo la liberación constante y progresiva del hombre de cualquier yugo, sea político, o ideológico.
Liberación es el primer paso. Significa quitarse de encima la mano opresora. El segundo se llama libertad: es aquello que decidimos hacer después de lograda la liberación.
Hace varios largos milenios que sucedió la historia que dio lugar a la festividad de Pésaj. Pero el tema es actual, tuyo, mío, y de nuestro futuro. Decimos:
"En toda generación debe verse cada hombre a sí mismo como si él hubiese salido de Egipto..."
Y añadiríamos: Como si aún debe emprender el camino de la redención, de la liberación perpetua, diaria.
Pesaj, la fiesta de la libertad, Buenos Aires, AMIA
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